El señor de los lobos (3ª parte)

>> sábado, 4 de julio de 2009


Retiró la daga de su cuello.
- ¡Te dije que no entrases aquí! - Parecía tremendamente enfadado.
Soltó un suspiro de alivio. Elian prendió la vela de un candelabro.
- Tú... Tú ya estabas aquí cuando yo llegué ¿no es así? ...¿Qué hacías aquí? - No entendía nada.
- Te estaba esperando... para que no te metieses en problemas. Venga salgamos de aquí antes de que alguien nos vea.
- No. Tú no me esperabas. No supiste que era yo hasta que hablé, al igual que yo no te reconocí hasta que oí tu voz. - "De hecho creía que... aquella mirada... me pareció... todo estaba muy oscuro." pensó mientras agitaba la cabeza muy confusa. Le volvió a mirar. - ¿A quién esperabas? ¿Qué buscabas aquí?
- Lo mismo que tú. Algo sospechoso.
- Elian... No me mientas. - Su mirada se endureció considerablemente. Elian dudó. Irisa frunció el ceño. - Le conocías de antes... ¿De qué? ¿De qué le conoces?
Elian suspiró dandose por vencido. "¿Cómo puede ser tan testaruda?"
- Se llama Dakko. Es... - Volvió a suspirar. - Es mi hermano.
- Pero... ¿Cómo...? ¿Por qué...? - Una sonrisa incrédula se apoderó de su cara. - Me tomas el pelo ¿no? - Se echó a reir como una posesa.
Elian seguía serio. Irisa arqueó una ceja. "No puede ser..."
- ¿Por qué no me lo habías dicho? He estado sospechando de...
- No... - Elian le cortó. - No esperaba encontrarme con él. Aquí.
- Pero ¿qué clase de relación tienes con tu hermano?
- Bueno, todos huimos de nuestro pasado ¿no?
Irisa no pudo decir nada a eso.
- Venga salgamos de aquí. - Dijo mientras se levantaba y comprobaba que se podía salir de la habitación sin peligro.
Ella apagó la luz del candelabro de un soplido, pero antes echó un último vistazo a la estancia. No había nada sobre la mesilla...
- Hasta mañana. - Le guiñó un ojo. - Que duermas bien.
"Como si pudiera..." pensó Irisa.
- Buenas noches.
Entró en su cuarto con mil historias y teorías en la cabeza.
- ¿Dónde está? ¡Sé que lo tienes tú!
- Me... estás ahogando... - La mano que se ceñía entorno a su cuello cedió unos milímetros. Suficientes para respirar por unos segundos. Segundos en los que su mayor miedo se apoderó de ella. Aquella mirada le producía pánico.
- ¡Dime dónde está!
- No sé de qué me estás hablando.
- La casera te vió entrar en mi cuarto.
"Maldita... Sabía que no podría confiar en ella... Tiene la lengua demasiado larga."
- ¡Dónde lo has escondido!
- ¡No sé de qué me hablas!
- ¡Maldita sea! ¡La piedra Larsla! ¿A qué entraste sino a mi cuarto?
- ¿La qué? - Irisa frunció el ceño. No sabía de que estaba hablando. "Tal vez aquel brillo... no me lo había imaginado."
Lleno de rabia la soltó.
- ¡Estúpida entrometida! No tienes ni idea de donde te estás metiendo...
- ¡Pues dímelo tú!
- En la boca del lobo. - Dijo con una sonrisa torcida dando a su cara un aire demencial. - Dime una cosa... ¿Qué hace Elian contigo? - Algo le cruzó la mente. - La cogió él... Tuvo que ser él...
- ¿Coger el qué? No entiendo nada. ¿A qué te refieres? ¿Qué es esa piedra?
- No lo entenderías. Tenemos que pararle.
- ¿A Elian? ¿Por qué?
- ¡Vamos!
La cogió del brazo y salieron a toda prisa de la posada.
- ¡Espera! ¿Vamos al bosque? ¿Elian está en el bosque?
- Seguramente. - No se detuvo. -Vamos, querías tomar parte ¿no?
Irisa le siguió sin saber qué era lo que estaba pasando allí.
- ¿Qué es la piedra esa que nombraste antes?
- No debería caer en malas manos. Tenemos que recuperarla.
- Pero Elian es tu hermano ¿no? ¿Por qué es peligroso que la tenga él?
- Parece ser que no te molestas mucho por conocer bien a los que conviven contigo, sólo a los desconocidos. ¿No es así? - Le clavó la mirada.
- Malas costumbres que aún conservo.
- Y que deberías cambiar.
- Eso intento.
- ¡Shhh!
- ¿Pero qué...? - estaba perpleja. - La piedra... Los lobos... Tienen una relación...
Elian estaba rodeado de lobos. No le atacaban.
- Los lobos responden ante el portador de la piedra Larsla. - Susurró Dakko.
- ¡Os estaba esperando! - Gritó Elian hacia ellos.
Ambos se levantaron rápidamente sorprendidos.
- ¡Elian devuélveme la piedra! - Gritó con furia.
- Tendrás que quitármela. - Dijo sonriendo.
- Está bien. - Desenfundó su espada.
Los lobos se hicieron a un lado.
- Una lucha igualada... Gracias hermano. - La sonrisa se borró de su cara. Su mirada brillaba. Irisa reconoció aquellos ojos, eran los de sus pesadillas.
Elian se lanzó sobre su hermano. Dakko esquivó el golpe. Cruzaron sus espadas. Aquellos dos hermanos se odiaban. Irisa estaba aterrada. Y los lobos incrementaban su miedo. Un grito desgarrado de dolor le hizo volver a la realidad. Dakko había tirado a su hermano al suelo. Iba a asestarle el golpe final. Elian lanzó su daga para sorpresa de Dakko, el cual dejó caer la espada al recibir el impacto en su mano. Ahora los dos estaban desarmados.
- ¡Parar ya!
- ¡Es él Irisa! ¡Quiere apoderarse de la piedra! Tienes que ayudarme. - Dijo Elian.
- Pero tú la robaste...
- Porque él la estaba usando para aterrorizar al pueblo.
- No le creas. Él la estaba usando ahora.
Los lobos los habían rodeado. Ahora nadie podría huir. Dakko se abalanzó sobre su hermano. La piedra se calló a los pies de Irisa.
- Irisa dámela.
- No.
- No le hagas caso. La usará contra ti.
Irisa echó a correr hasta que se encontró al borde de un precipicio.
- ¿Qué pasará si la tiro?
- ¡No lo hagas! - Gritó Elian.
- Morirás.
- Los lobos matarán al que destruya la piedra. ¿Por qué crees que cuando la tuve no la destruí?
- ¿Cómo podéis saber eso? ¡Nadie la ha destruído aún!
Los dos se miraron. Empezaron a avanzar hacia ella, haciendo que se sintiera acorralada.
- ¡Vale! ¿Queréis la piedra? Tomarla.
Irisa la lanzó al aire. Los dos fueron a cogerla. Antes de que ninguno la alcanzara, la manada de lobos se echó sobre ellos haciendo que todos cayeran por el precipicio. Un único lobo quedaba en pie, había hecho añicos la piedra Larsla con sus dientes. Irisa había dado una última orden a los lobos.


1ª Parte

2ª Parte

4 comentarios:

Maruri 4 de julio de 2009, 19:10  

Parece que se acabarón los exámenes, la saga continua ya que no tiene un dulce final,
Supongo que acabara con un dulce final si no entendi mal el significado de Sweetsugar.
Un abrazo :)

Sweetsugar 4 de julio de 2009, 20:01  

Maruri: Bueno siempre puedes pensar que cayeron a un río de caramelo o encima de unos árboles con copas de algodón de azúcar XD

S. 6 de julio de 2009, 14:01  

nooooo dulce noooooo y ya era hora de que escribieras algoooo

Anónimo 22 de enero de 2010, 9:41  

Bea sta genial!!!* =) el final es chocante pero me gustaa q no todas las historias sean = y tngan q tenr finales felices!!*
escribes de fabula!!! =)
un besitoo niñaaa...soy Ireneeee...
y mandame mas cada vez que quieras q yo las leooo encantada!!!

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