El señor de los lobos (1ª parte)

>> martes, 26 de mayo de 2009



Irisa corría todo lo que podía intentando escapar entre los árboles. No conocía aquel bosque y al final se encontró acorralada y sin salida. Sabía que este momento llegaría. Sacó su cuchillo y se dio la vuelta.
Sus zarpas avanzaban ahora lentamente. Su presa no tenía escapatoria y olía su miedo. El lobo la miró fieramente enseñando sus afilados colmillos. Irisa se preparó, iba a atacar.
Se lanzó sobre ella como un rayo. Irisa esquivó sus dientes como pudo y le asestó un corte en el costado derecho. Volvió a intentar herirlo esta vez en el cuello. El lobo se echó atrás, pero sus heridas no eran suficientes para pararlo. Se disponía a atacar otra vez...
Otro lobo saltó de repente desde un matorral cercano pillando a Irisa desprevenida, la cual luchaba inútilmente por quitárselo de encima mientras sus colmillos iban clavándose poco a poco en su brazo izquierdo. Forcejeaba y forcejeaba. Su cuchillo había caído lejos de su alcance. Todo era inútil. Pero, inesperadamente, el lobo la soltó y se perdió entre los árboles aullando de dolor. Irisa alzó la vista y descubrió la razón por la cual el lobo ya no estaba sobre ella.
Un misterioso hombre cuya capa de viaje apenas dejaba ver su rostro se erguía sosteniendo una espada ensangrentada delante de ella. Miró a su alrededor. El otro lobo debió huir en cuanto él llegó. Ahora debía la vida a un extraño. Aquel hombre se acercó y la devolvió el cuchillo.
- ¿Qué hace una mujer viajando sola por el bosque?
- ¿Qué hace un hombre con el rostro semioculto en el bosque? ¿Esconderse? ¿Huir?
El hombre se retiró la capa dejando ver su cara.
- Salvarte.
Irisa se sonrojó.
- ¿Te encuentras bien?
- Sí. Gracias por salvarme…
- Pues ese brazo no tiene muy buena pinta. – dijo con mala cara.
- ¿Es que te lo piensas comer? – Irisa enarcó una ceja.
- No, mujer. Deja de estar tan a la defensiva. – La dedicó una sonrisa. –Anda, trae ese brazo. A ver qué puedo hacer…
Rasgó un trozo de tela y se lo ató para que dejase de sangrar.
- ¿Así mejor?
- Sí.
- ¿Cómo te llamas?
- Irisa.
- Yo soy Elian.
La extendió la mano para ayudarla a levantar.
- Si te diriges a la aldea más cercana, que según tienes el brazo sería lo más sensato, yo te puedo acompañar.
- Está bien.
– El extraño tenía razón, ella no conocía el bosque y necesitaba ver a un médico.


2ª Parte

3ª Parte

2 comentarios:

Poesía de tu voz 1 de junio de 2009, 21:15  

Hola. quien eres? jaja. gracias x tu comentario me alegra de que te guste. la verdad es qu eno suelo escribir en el blog relatos, soy mas de poemas.
te he estado leyendo y me gusta como escribes ^^
un beso y gracias x visitar mi blogg

Poesía de tu voz 3 de junio de 2009, 22:00  

jeje ok. te gusta la musica? thaks. aunq es un poco raro ver a 3 dorrs down y 12 stone sy derrepente encontrarte cn nek o laura paiusini jajaj pero weno. me gusta un poco de todo, las canciones q me transmiten un mensjae y m dicenalgo. las q son dificel d olvidar y siempre tararreas

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