Con un suspiro en mi garganta

>> viernes, 8 de mayo de 2009

Entré precipitadamente en aquella habitación, que hasta ese momento me había traído tan buenos recuerdos. Y sin poder soltar el pomo de la puerta, la escudriñé desesperado, con el temor de no saber aun lo que me iba a encontrar. Ella no estaba.

La ventana estaba abierta y el aire azotaba con fuerza los visillos de la habitación. En el suelo había un montón de papeles llenos de dibujos que se estaban volando de la pequeña mesita de faldones verdes, donde solía reposar el teléfono. Miré a los pies de la mesita y lo encontré, estaba tirado sobre el suelo, al lado de un frasco vacío cubierto de pañuelos empapados seguramente con sus lágrimas. Cogí uno y lo apreté fuertemente con mis manos, pensando que así podría arrancar el fuerte dolor que sentía en mi pecho, pensando que así… podría borrar el pasado. Tan sólo resonaban en mi cabeza una y otra vez aquellas palabras "Ya no puedo más…". En ese momento volví a recordar lo que había pasado minutos antes de salir corriendo hacia su piso. Su voz había sonado débil y temblorosa por el teléfono… aquella voz tan dulce que antes me encantaba escuchar… Sentí miedo, mucho miedo, y al oír colgar el teléfono fue como si me diera un vuelco al corazón… no quería perderla. Me sentía tan culpable por no haber hecho nada. Podría haberlo evitado y sin embargo… ¡Por qué sería tan imbécil!

Derrotado, de rodillas en el suelo, escuché un sollozo que no provenía de mis pensamientos. Me dio otro vuelco al corazón, pero éste era de esperanza. Aun con lágrimas en los ojos, me levanté corriendo tropezando con todo lo que encontraba a mi paso, pero nada podía pararme en aquel momento. Llegué estrepitosamente hasta la terraza… Ahí estaba ella, sentada en el suelo junto a la pared, llorando. Me acerqué y cogí una de sus manos deseando por dentro que no fuera ninguna ilusión. Estaba fría. Levanté su hermosa cara alejándola de los brazos sobre los que había estado llorando, y miré aquellos ojos verdes inundados. Sentí un terrible impulso de aferrarla entre mis brazos. Sequé sus lágrimas con mis manos mientras ella me decía:

- Soy una cobarde… no fui capaz de hacerlo… – estaba temblando.

- Tonta… no te imaginas cuánto te quiero.

Ya no lo aguantaba más… La abracé y no la solté hasta que nos levantamos. El aire aun soplaba fuerte y jugaba con su cabello. Aparté el pelo de su cara que aun estaba húmeda y la besé, la besé jurándome a mí mismo que nunca más la volvería a dejar sola. No quería perderla de nuevo. La seguí abrazando y le dije:

- No vuelvas a hacerme esto.

- No – me contestó ella apoyada sobre mí.

5 comentarios:

Anónimo 9 de mayo de 2009, 13:02  

ooh! beitaaa,,que bonito neniii!!! esta curraO eh! nunca pensee que de esa cabezota loca podria salir semejante histOryy!!jjejejej!!!!
weno melocotncillO tampoco te flipes muxO eh!! aber si te nos vas a volver pOetiiisaa aOrAA,,,jejeje,,weno cosa te dejO que voy aer si agO somethinG,,jjej,,
**bsitOsss***
wapaaaaaaAAaaaAAAaa!!!!!

huevUda 9 de mayo de 2009, 13:03  

ooh! beitaaa,,que bonito neniii!!! esta curraO eh! nunca pensee que de esa cabezota loca podria salir semejante histOryy!!jjejejej!!!!
weno melocotncillO tampoco te flipes muxO eh!! aber si te nos vas a volver pOetiiisaa aOrAA,,,jejeje,,weno cosa te dejO que voy aer si agO somethinG,,jjej,,
**bsitOsss***
wapaaaaaaAAaaaAAAaa!!!!!

Anónimo 9 de mayo de 2009, 13:18  

Ohhhh Bea que bonito!!!!! jop bea macho a ti que se te da mal pintas, escribes y las apruebas todas!!!! deja algo para las demas que tambien queremos!!!!!! bueno escribe mas pero ya sabes siempre con happy end!!!!!!!! que las triste a mi no me gustan :( jejejej kiss.
Nane

Anónimo 12 de mayo de 2009, 21:28  

Joe Bea, no he llorado...de milagro. Que bonito, todas ellas de hecho. Me encantan los finales tristes....sigue escribiendo, que eres una artistaza.
Alex

pepe pereza 19 de junio de 2009, 23:45  

me gusta lo que has escrito. seguiré leyéndote.

sundsign.com

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.